"Aún quedan dos semanas para que dé comienzo mi aventura por las Américas, pero hace tiempo dije que este cuaderno de viaje empezaría con su planificación y como ésta no ha sido precisamente intensiva, pues puede ser resumida así, a dos semanas de partir.
Pensaba, hace unos instantes nada más, víctima del primer insomnio causado por el tema-viaje, en las prioridades y las personas... ¿de qué depende aquéllo a lo que damos prioridad? ¿podría decirse que soy derrochadora? No lo creo. Es simplemente, cuestión de prioridades.
Para mi, las cosas son secundarias: tengo una mierda de coche, comparto un piso del IVIMA en un barrio gitano, no llevo cosas caras ni de marca (sí, soy una cutre =) como diría el Bruny: "de mercadillo" -me gusta casi más-) Y tengo claras mis prioridades. Siempre las personas sobre las cosas. Los lugares nuevos, los encuentros, las aventuras... por encima de los coches guapos, las teles grandes, los caprichos materiales en general. Es el contacto interpersonal lo que me motiva, lo que me mantiene viva; seguir creciendo, conociendo, descubriendo y haciendo a otros descubrir. Para mi, sin duda, esa es la prioridad. Y no es más rico el que más tiene si no el que menos necesita. De lo material, entiendo, porque en lo personal yo siempre quiero más; más personas interesantes por conocer, más ciudades maravillosas por descubrir, más amor, más deseo, a veces más compartir, otras más introspección, pero siempre más.
Variedad, novedad, destapar todos los tarros, abrir todas las puertas, y al mismo tiempo seguir mirando al pasado con el gusto del que sabe que siempre será reciente.
Hoy me ha invadido un pelín el miedo. El miedo a la soledad, a la añoranza, y bueno... causantes todos, al final me ha invadido también un poco el miedo a los peligros que puedan acecharme; pero en fin, mochilera, segura, no demasiado confiada aunque abierta a lo que el destino y la carretera me deparen, ya sí, ahora lo siento: Tengo el corazón de viaje ***"
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